«La crisis del lenguaje plástico tradicional no se debe a un intento de huir de la realidad. Bien al contrario, es el afán de representarla mejor el que la produce». Valeriano Bozal
La escultura ha sido una manifestación artística del hombre desde hace siglos. Es interesante porque, más allá de solo crear algo nuevo desde cero, la escultura es una lucha constante por transformar y dominar la materia. Tradicionalmente, los materiales más usados para la escultura son la piedra, el mármol, el bronce y la madera, pero además de conocer a fondo las características de la materia, ha sido un reto dominar las técnicas del proceso escultórico.
A lo largo de la historia, la escultura ha pasado por varios procesos en dónde, como cualquier otro arte, se reinventa constantemente enfrentándose a nuevos retos. La escultura contemporánea mexicana ha entrado en polémica, pues los límites entre las disciplinas artísticas han cambiado. Actualmente, la escultura cruza las fronteras entre las artes y se combina con objetos, performance, instalación y arquitectura; resultando no solo en una ruptura de lo que es el arte y la estética, sino también en una generación de artistas multidisciplinarios que navegan entre una infinidad de posibilidades que hacen de la escultura un arte multifacético.
En la historia del arte, la escultura nació como una propuesta artística en Grecia. Desde entonces, se caracterizaba por ser lo más realista posible y, en general, solo representaba la figura humana. Fue hasta el siglo XX, con las vanguardias, que la escultura fue parte de una revolución radical en el arte. Movimientos como el cubismo, expresionismo y surrealismo cuestionan los límites de la belleza y con ello los límites de la escultura misma.
Las propuestas empezaron a ser cada vez más abstractas, antes se entendía a la escultura como un elemento específico para llenar el espacio; ahora, el vacío también cobra un papel importante. La materia y la falta de, es decir los huecos y vacíos, comienzan a crear una dualidad dentro de las mismas esculturas que invitan al espectador a cuestionarse nuevos aspectos de la realidad.
Además, se empieza a incorporar el color, el movimiento y la luz como parte de los nuevos retos de la escultura moderna, permitiendo nuevos juegos de percepción y volumen. Se podría decir que la escultura empieza a cobrar valor por sí misma. Se independiza de ser algo determinado, a ser una búsqueda abierta, filosófica y emocional de abstraer la realidad, y no solo hacer una representación «idéntica» de esta.
La escultura contemporánea mexicana ha sufrido mutaciones y es cada vez más ambigua. El uso de nuevos materiales requiere nuevas técnicas que han alterado el proceso artístico del escultor contemporáneo. De esta manera, a través de la escultura, el hombre se cuestiona la relación con su entorno espacial y la realidad tangible que lo rodea. Esto deriva en un nuevo lenguaje visual que invita al espectador a su propia manera de absorber el mundo. El escultor actual no solamente define volúmenes, si no espacios.
Actualmente, se permite el uso de un sinfín de materiales para crear esculturas. Hoy en día, el hierro, el vidrio, la luz, la tela, materiales industriales y sintéticos, reciclados e inclusive materia orgánica han sido utilizados por los escultores contemporáneos para crear esculturas que reten lo ya establecido; pero lo que más ha transformado la creación artística en nuestra época es el uso de nuevas tecnologías que, al combinarse con técnicas tradicionales, derivan en nuevas posibilidades escultóricos. Esto ha puesto en duda el valor y el fin del arte, así como su permanencia en el tiempo.
A la sociedad contemporánea la caracteriza la fugacidad y el constante cuestionamiento de los límites de la realidad y cómo nuestros sentidos la interpretan, que se ve claramente reflejado en el arte contemporáneo.
Resulta interesante el hecho de que la escultura contemporánea mexicana requiere cada vez con mayor frecuencia un acercamiento del espectador más allá de lo que tiene a simple vista desde un solo lugar. La escultura busca crear una experiencia en donde es necesario moverse alrededor del espacio e involucrarse más allá para entender el verdadero sentido simbólico de la escultura, invitando al público a interactuar con su entorno y a ser un espectador activo en vez de pasivo.
Es uno de los medios que tiene el hombre para representar la materia que ocupa el vacío; y la interacción que tiene con nosotros al enfrentarnos, dos cuerpos tangibles uno frente a otro, es decir, un individuo y una escultura compartiendo espacio, existiendo en conjunto.
Específicamente, las esculturas contemporáneas mexicanas se han abierto a un mundo de posibilidades, temáticas y técnicas, cada vez más innovadoras.
Aura Galerías se ha caracterizado por una búsqueda exhaustiva de escultores que manifiesten, critiquen o cuestionen nuestra percepción de la realidad a través de su obra. José Antonio Gurtubay es un artista multidisciplinario que ha explorado el arte «naif». Sus esculturas, piezas de bronce esgrafiado, cuentan historias a través de figuras, texturas y huecos. Actualmente, es uno de los máximos representantes de la pintura y la escultura contemporánea mexicana.
Daniel Sanseviero, por otro lado, es un escultor venezolano que ha logrado increíbles juegos de percepción en su obra. A través de una degradación de colores, logra dar una tridimensionalidad a esculturas que en realidad son totalmente planas. Este juego de profundidad y dimensiones es una temática constante dentro de la escultura contemporánea mexicana.
Miki es otro de los grandes representantes de la escultura en México actualmente. De formación autodidacta, Miki se ha caracterizado por hacer esculturas abstractas de bronce de mediana y gran escala, que logran un gran equilibro entre la forma y el fondo. Sus esculturas se vuelven formas de flujo constante que juegan a su vez con los límites del espacio vacío y el volumen.
Olivia Guzmán es una escultora mexicana reconocida como miembro del Salón de la Plástica Mexicana y a nivel internacional por sus esculturas, que normalmente tienen un aspecto de estar rotas o incompletas, expresando la realidad que experimenta cualquier ser humano de sentirse incompleto. Guzmán ha explorado diversos materiales como la arcilla, cemento, fibra de vidrio, resinas, bronce y mármol.
Si quieres conocer las obras de estos y otros artistas del arte contemporáneo mexicano, visita Aura Galerías. Puedes visitarnos en Álvaro Obregón 10, Gallery District, Centro, Ejido del Centro, Baja California Sur, México; y en Atenas 30, Colonia Juárez, Delegación Cuauhtémoc, CP 06600, CDMX, también te invitamos a entrar en nuestra tienda en línea o comunicarte con nuestro equipo al (55) 5282 4833 y (55) 5282 5033 para información de nuestras exposiciones y obras en venta.